Después de un tiempo, del pasar de los días, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma.
Uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos.
Uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes…y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale y uno aprende y aprende.
Uno entiende que los verdaderos amigos son contados y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo, uno aprende que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Uno aprende que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.
Uno se da cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible!!!!!
Uno comprende, que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el pasar de los días, te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
G. Galindo
